La hermandad servita de Nuestra Señora de Los Dolores
continúa haciendo historia. La sagrada imagen, una de las más veneradas
de Córdoba, partió ayer de la iglesia de San Jacinto con destino al
templo mayor de la Diócesis, donde la hermandad celebrará durante estos
días un triduo de acción de gracias para conmemorar el cincuenta
aniversario de su coronación canónica.
La Virgen de los
Dolores partió de la Plaza de Capuchinos pasadas las 19:00, un lugar
emblemático de la capital cordobesa en el que se concentraron cientos de
fieles que no quisieron perderse este día histórico, en el que la
titular fue portada sobre una parihuela cedida por la Agrupación
parroquial del Amor y Concepción de Écija. Tras un pequeño cortejo
compuesto por hermanos de la cofradía y en el que tampoco faltaron
algunas autoridades políticas de la ciudad, la sagrada imagen comenzó a
recibir los primeros rayos de sol en una tarde primaveral en la que no
faltaron guiños al pasado a través de un recorrido repleto de
singularidades.
La Virgen, que estuvo acompañada
musicalmente por el coro Cantabile -que interpretó un amplio repertorio
de piezas antiguas-, portó el mismo pañuelo que lució el 9 de mayo de
1965, aquel día ya lejano en el tiempo en el que fue coronada
canónicamente. Esta prenda, que fue regalada por las alumnas de las
clases nocturnas de la Escuela Hogar de las Damas de la Asunción de
Nuestra Señora de los Dolores, no ha sido ni mucho menos el único
elemento que la corporación del Viernes Santo ha usado para
reencontrarse con su historia, pues la papeleta de sitio que durante los
últimos días ha estado repartiendo la cofradía a los hermanos que
participaron ayer en el traslado de su titular está inspirada en el
Decreto de Coronación de 1965.
Tras salir de la Plaza de
Capuchinos, bajo el repicar de las campanas que anunciaban la llegada de
un tarde histórica, muchos de los fieles se incorporaron al cortejo
para acompañar a la sagrada imagen hasta el Bailío, por cuya cuesta -que
se encontraba abarrotada como si fuera un Domingo de Ramos- descendió
por primera vez en su historia, lo que añadió, aún más si cabe, un ápice
de singularidad a un día que pasará a los anales de la histórica
cofradía.
Tras pasar por este enclave tan cordobés, la
hermandad visitó en su recorrido de ida hacia el primer templo la
Diócesis un total de siete iglesias conventuales, un hecho con el que la
cofradía también rememoró una parte de su trescientos años de vida y
rindió homenaje a tradiciones pasadas, ya que, según narra la Historia,
la sagrada imagen visitaba hace siglos en sus salidas procesionales
varios conventos en los que se les rendía culto.
Concretamente, la
titular de la corporación servita pasó durante la tarde-noche de ayer
por Santa Isabel, Santa Marta, Madres Capuchinas, Hermanas de la Cruz,
Santa Victoria, Santa Ana y la Encarnación.
La cruz de
guía entró en la Catedral pasadas las 23:00. Allí celebrará a partir de
hoy un triduo extraordinario y el 9 de mayo, tras un pontifical a las
19:30 que correrá a cargo del obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, la
hermandad celebrará a partir de las 21:15 la procesión oficial de
traslado de la Virgen - que se realizará sobre el tradicional paso de la
cofradía- desde la Catedral hasta la iglesia de San Jacinto, en un día
en el que se cumplirán justo 50 años desde que cardenal José María Bueno
Monreal coronara canónicamente a la venerada imagen. De esta forma, la
corporación de Los Dolores volverá a cerrar otro capítulo más de su
extensa historia, una historia ligada y arraigada profundamente en las
entrañas de Córdoba.
El programa de actos de la cofradía,
no obstante, no concluirá ni mucho menos el próximo sábado. En junio,
un mes después de los actos centrales de la corporación, tendrán lugar
algunas ceremonias como la Vigilia Eucarística, la presentación del
libro La Coronación Canónica de Nuestra Señora de los Dolores o una
conferencia que pronunciará Manuel Herreros y versará sobre la llegada
de los costaleros al paso de la Virgen. Además, ese mismo mes, si el
tiempo lo permite, la imagen volverá a procesionar con motivo de la
magna procesión Regina Mater.